viernes, 19 de septiembre de 2014

BFA, mimbres de ayer para un cesto de hoy

La Bienal 2014 se está convirtiendo en una gran celebración del pasado. Primero fue Israel Galván, luego Farruquito, después María Pagés y ahora Rafaela Carrasco y su Ballet Flamenco de Andalucía. Todos crean a partir de recuerdos. Vivencias e imágenes de ayer con los que se asoman al futuro.

Con esos mimbres ha montado Rafaela cinco cuadros que dedica a cada uno de los directores que la precedieron en el cargo. Cinco cuadros elaborados con un lenguaje simbólico.

A Mario Maya, su maestro, le dedica "Del maestro". Se inspira en aquellos zapateados que hacía Mario sentado en una silla. Así dispone a toda la compañía, liderada por ella. Entre todos componen al unísono una sinfonía de pies y brazos.

Para recordar a María Pagés se vale de aquellos faroles que ella utilizó en "El perro andaluz. Burlerías" (1996). Con la luna por testigo y compases de Piazzolla, los lleva de un sitio a otro. Se cruzan. Los enciende. Los apaga. Los vuelve a encender. El número termina cuando todos tienen luz. "En la oscuridad de la luz" lo titula.

Por tientos y vistiendo esa kilométrica bata de cola blanca que sirvió para homenajear a Carmen Amaya en "La leyenda" (2002) y con Ana Morales de lugarteniente, se acuerda Rafaela de José Antonio. Presiden los pies de la Capitana en un fotograma de Los tarantos que se redibuja con trazos rojos sobre fondo blanco a los sones de la farruca y de los tangos de Málaga.
 
Foto: A. Acedo. Bienal de Flamencdo

Con maletas de un lado para otro y como pequeños pedestales donde zapatear nos trae a la memoria ese "Viaje al sur" que estrenó Cristina Hoyos en 2005. Un momento además para el lucimiento de David Coria y Hugo López.

"Las cuatro esquinas" es el cuadro que Rafaela le dedica a Rubén Olmo. Un mantón para cuatro y una caña bailada por todos cierra este tributo a los 20 años de nuestro Ballet.

En conjunto, "Imágenes" es un trabajo muy digno, aunque resulta algo lineal, con movimientos y evoluciones que, al estar marcados por la imaginación coreográfica de una sola persona, terminan siendo previsibles y hacen que, finalizado el primer cuadro, los restantes parezcan de excesiva duración.

Una obra en la que se luce Rafaela como bailaora y en la que brillan Ana Morales, David Coria y Hugo López en sus intervenciones solistas, acompañados de un magnífico cuerpo de baile formado por Alejandra Gudi, Florencia O'Ryan, Laura Santamaría, Paula Comitre, Carmen Yanes, Eduardo Leal, Antonio López y Alberto Sellés.

La música la ponen Antonio Campos y José Anillo (cante), Jesús Torres y Juan Antonio Suárez 'Cano' (guitarra).
 
José Luis Navarro