martes, 20 de mayo de 2014

La buena esencia en tarro pequeño

Si tuviéramos que definir las características de un buen baile por alegrías y otro por soleá, podríamos echar mano de los ejemplos que nos brindaron anoche en La Caja Negra Javiera La Moreno y Alejandra Águila, dos chiquillas de cuerpo menudo, pero con mucho arte.


Toda la viveza, la sal y la gracia del mundo derrochó en sus alegrías Javiera. Hizo un baile completo, preñado de pellizcos y equilibrado en sus tiempos: letras, silencio, zapateado y remate. Bailó con todo su cuerpo, cabeza, mirada,  hombros, caderas y con desenvoltura y dinamismo, y lució un amplio muestrario de recursos.


La soleá de Alejandra fue también un canon: solemne, majestuosa, introvertida. Cargado de expresividad su rostro y bonitos movimientos de brazos y cuerpo. Sus marcajes proporcionaron fuerza y contrastes a su baile. Y no le faltó chispa en las bulerías de remate.
 
El entendimiento con el cante fue completo y entre Cristina Tovar y ella protagonizaron el momento por el que se coló el duende, el más emotivo de la noche. Ambas dieron  una lección de lo que es bailar al cante y cantar al baile. Estuvieron acompañadas por la experimentada guitarra de Fytty.

¡Qué buena racha llevamos!

Eulalia Pablo
Lugar: La Caja Negra.

Fecha: 20 de mayo de 2014.