Desde luego, lo que a cada persona le gusta en el amor es
algo privado que solo le importa a quienes lo practican juntos. Por eso, la
propuesta que hizo Juan Andrés Maya en "¡Qué sabe nadie!" nos pareció
bastante irrelevante y no merece la pena por tanto entrar a interpretar qué
podían significar ni su pañuelo, ni todos los cachibaches que terminó metiendo
a golpes en su maleta antes de desaparecer con ella del escenario.
Está claro que a Juan Andrés le va y le puede el teatro. Lo
mete en sus espectáculos cada vez que tiene la más mínima oportunidad. Es una
lástima, porque así suele estropear los que podrían ser buenos conciertos de
baile flamenco.
En el de anoche en la Sala Turina hubo de todo: momentos
espectaculares de baile ―la seguiriya y el taranto, aunque desmesurados, fueron
emocionantes―, detalles ocurrentes ―hacer bailar a una muñeca articulada tuvo
su aquel― y, por supuesto, toda su exhibición de dominio y maestría en el
zapateado.
Como buen granadino, Juan Andrés vino acompañado de medio
Sacromonte: La
Repompilla, Rafi Heredia y Reyes Heredia al cante, Manuel Fernández a la
guitarra, David Moreira al violín, Rocío Vargas e Isa Vega al baile y Alejandro
Hitos a la percusión.
José Luis
Navarro
Fotos: Mercedes
Malvárez
Cortesía de
Cajasol
Lugar: Sala Turina (Sevilla).
Fecha: 15 de mayo de 2014.