jueves, 10 de abril de 2014

¡Todos a una!

La recreación de un café cantante del siglo XIX  es el común empeño en el que se ha embarcado la mini compañía que se subió anoche al pequeño escenario de La Caja Negra.  No se trataba de una actuación más, sino el embrión de un proyecto deliberado para un espectáculo en toda regla. Desde luego es un grupo compacto, sin fisuras ni protagonismos. Anoche, todos fueron estrellas.

Con el grupo entero sobre el escenario,  sin entradas ni salidas, como parece que sucedía entonces, abrió el espectáculo, la vigorosa guitarra de Gori Mazo en un vibrante y variado toque por bulerías, realmente estupendo. Estuvo arropado por las palmas y jaleos del elenco, compuesto por Rocío La Boterita, al cante y las bailaoras Marta Balparda y Conchi Murcia.


Seguidamente,  se levantan dos monumentos en forma de bailaoras, dos fantásticas Giraldas, para homenajear a Cádiz en unas fabulosas alegrías que nos dejaron con la boca abierta y la garganta seca de emoción. Se turnan para lucir garbo y derramar  gracia y salero a espuertas o se unen en unos espléndidos zapateados en los que establecen  un delicioso diálogo de pies entre ambas. Los remates, también a dúo. ¡Imposible elegir,  las dos inmensas!


Tras el  inevitable descanso, para digerir emociones, comenzó la segunda parte con el cante por malagueñas de La Boterita. En esta ocasión, se acordó de Chacón y la Peñaranda. Esta joven cantaora, cada día está más hecha y sigue creciendo gracias a su esfuerzo por ampliar repertorio y conocimientos. Procura, además contribuir en todo lo posible al mejor desarrollo del resultado final del grupo. Se esfuerza por reforzar e inspirar el  baile al máximo con sus  actitudes, jaleos, letras preferidas de los bailaores y tiene una gran capacidad de conducir el escenario llenando huecos, sobre todo en las pataítas finales.


Conchi Murcia estrenó repertorio con unos tientos tangos de su cosecha, que darán mucho que hablar. ¡Qué porte, qué cuerpazo y qué arte!


Marta se superó a sí misma en la soleá. El más difícil todavía. ¡Qué dramatismo, qué zapateados y qué vueltas tiene esta niña! No sé qué más se puede pedir.


El football puso la nota negativa restando afluencia al evento. Es un gigante contra el que no se puede luchar, pero habrá más ocasiones.

Eulalia Pablo