Carolina Pastor y Amada Escudero hacen el baile que hoy se estila:
básicamente mucho trabajo de pies y algo de braceo. En esa línea, demuestran
conocimiento de los estilos y, sobre todo, pasión por el baile. Se entregan a
él en cuerpo y alma y transmiten al público su apasionamiento. Anoche Carolina
hizo toná-seguiriya, Amada unos tientos-tangos y luego las dos, al alimón, se
lucieron por soleá por bulerías. Fue un baile original y perfectamente
sincronizado. Desde luego, fue lo que más me gustó de su actuación.
Atrás estaban dos de los puntales que hacen cada noche
posible que muchos jóvenes bailaores se vayan curtiendo ante un público
amistoso y agradecido: Gori Mazo a la guitarra y Cristina Tovar al cante. Gori conjuró
a los duendecillos flamencos con unas bulerías, jaleadas y acompañadas por las palmas
de Cristina, que nos predispusieron a todos a entrar en los territorios de lo
jondo. Cristina abrió la segunda parte con unas malagueñas que conjugaban a la
perfección delicadeza musical y desgarro flamenco.
José Luis Navarro