martes, 11 de marzo de 2014

Rancapino y Rancapino hijo

¡Qué arte más peculiar es el flamenco! Tiene su propia vara de medir. Estoy seguro de que si sometiésemos a un análisis de espectro los cantes que anoche hicieron Rancapino padre y Rancapino hijo y le preguntásemos al programa en cuestión quién se había ajustado más y mejor a los parámetros acústicos de cada cante, el programa nos diría que el hijo. ¡Qué equivocación! Si la misma pregunta se la hiciésemos al público que llenaba el Teatro Central, la respuesta sería unánime: el padre. ¿Cómo es esto así?, ¿por qué? La respuesta creo que está en los sentimientos. El flamenco no solo transmite sentimientos, sino que se establece una empatía jonda entre el cantaor y el público. Importa cómo canta y lo que canta, pero importan también, y mucho, los sentimientos que el cantaor inspira en su público.


Alonso Núñez Fernández "Rancapino hijo" canta bastante bien. Hizo un recorrido, largo y muy fiel, por el abanico de cantes "antiguos". Tal vez debería rematar los cantes mejor. En ocasiones parece como si se viniese un poco abajo al acercarse al último tercio. Tiene una voz joven y fresca, pero sufre si se le compara con su padre. Y en el concierto de ayer la comparación no solo era inevitable, es que venía impresa en su título: "Rancapino y Rancapino hijo. El ayer y el hoy".


Alonso Núñez Núñez "Rancapino" tiene el carisma de muchos años a cuestas de jondura. Despierta respeto y simpatía en el público. Su voz, tostada y erosionada por las brisas del mar gaditano, es un tesoro del cante. Además, Rancapino se pelea con los cantes. Y les puede. Los vence. Y eso le gusta a su público, que responde con oles cuando la lucha se consuma a favor del cantaor.

Padre e hijo, tras un vídeo en el que el padre aconseja e inicia al hijo en los secretos del buen cante ―"escucha a los cantaores antiguos, que de ahí viene to"―, empezaron juntos el concierto en un mano a mano por martinetes. Luego el hijo hizo soleares, alegrías, malagueña, tientos, fandangos y bulerías y el padre soleá, malagueñas, tarantos, seguiriyas y bulerías. Y los dos cerraron con un breve fin de fiesta, en el que el hijo se lució especialmente por fandangos.

Estuvieron muy bien acompañados por la guitarra de Antonio Higuero y por las palmas discretas y eficaces de Ali de la Tota y Ramón Torres.

José Luis Navarro
Lugar: Teatro Central (Sevilla)
Fecha: 11 de marzo de 2014.