miércoles, 15 de enero de 2014

Melissa Maciuk en La Caja Negra

Cada día estoy más convencido de la universalidad del flamenco y muy especialmente del baile flamenco. Porque el flamenco es música de sentimientos y los sentimientos no tienen nacionalidad. Es igualmente cierto que los sentimientos se transmiten mediante unas formas determinadas en el baile, pero las formas se pueden aprender. De hecho esto es lo que nos demuestran día a día decenas de bailaoras de distintas procedencias. Unas, andaluzas; otras, catalanas; otras, argentinas. Argentina precisamente era la que vimos bailar anoche. Fue en ese tablao íntimo que es La Caja Negra y ella se llama Melissa Soledad Maciuk.


Melissa hizo seguiriya y alegrías y supo expresar con cada baile su carácter específico. Seriedad, rabia, tragedia, en la seguiriya. Júbilo, disfrute, felicidad, en las alegrías. Melissa demostró que conoce las formas y sabe ponerlas al servicio del corazón.


Estuvo muy bien arropada atrás. A la guitarra por Gori Mazo, un antiguo miembro del grupo Zaguán que cada día toca y compone flamenco mejor ―la granaína con la que abrió el concierto nos gusta cada día más―. Para el cante estuvo Cristina Tovar, una cantaora que conoce muy bien los cantes y les pone todo el genio y el temperamento que cada uno precisa.

¡Enhorabuena a los tres!