Terminamos hoy la serie de entregas dedicadas a diversos aspectos de la vida de los gitanos con la que se publicó el 8 de octubre de 1850. Como hemos repetido en cada una de estas entregas, estos textos proceden del impresionante trabajo que con el título de Tremendo asombro José Luis Ortiz Nuevo acaba de publicar en la editorial Libros con Duende y en el que podéis encontrar miles de gacetillas y artículos rescatados de las hemerotecas de La Habana. Estos libros están a la venta en www.librosconduende.es
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Hemos procurado en los artículos anteriores presentar todas las noticias necesarias acerca de la jerga, poesía e historia de los gitanos. Mas en éste, que cerrará la materia, volveremos la atención a un asunto de no menos interés pero que no ha sido hasta hoy tratado de un modo satisfactorio o concluyente, al contrario aunque espíritus filósofos se han mezclado en consideraciones más o menos útiles y prácticas, y plumas muy bien cortadas no se han desdeñado de ocuparse en pormenores también más o menos exactos, aún quedan pruebas entre ellos de errores muy singulares, en los que escritores de gran valía pueden caer, y en efecto caen fácilmente, mucho más tratándose de asuntos que proceden por inducciones o informes heterogéneos.
En casi todas las naciones de Europa existe un particular y excepcional dialecto que sólo está al alcance de los vagabundos y del bajo pueblo, y acaso podríamos entre nosotros dar prueba de que aquí mismo existe, si bien no con tanta latitud en la gente libre de color que por lo menos tienen un cierto número de palabras de una significación que sólo ellos pueden entender.
En España sabemos que a ese dialecto se le llamó caló gitano, en Alemania es conocido por rothwelsch, en Francia argot, en Italia gergo, mientras que en Inglaterra tiene varios nombres como cant, stang, etc. y así es que en cada uno de esos países hay y son muy conocidos y apreciados algunos escritores en tales dialectos, habiéndose traducido en Inglaterra una Biblia de tal jerigonza al idioma del país, que encierra no pocas bellezas y versiones de un género que tiene su mérito para aquellos que conocen ambos idiomas, el original digámoslo así y en el que se ha hecho la versión.
En español lo que mayormente abunda son historietas y versos en gitano cuyas traducciones, así como los pocos libros que existen, son trabajos en mucha parte de extranjeros, en particular de los ingleses. En tales obras se han escrito las palabras gitanas con arreglo a la ortografía española, por lo que resulta que se ven palabras escritas de un modo en que la pronunciación gitana varía mucho, de la misma manera que sucede en los pueblos de Andalucía que cambian con naturales la i por la erre, la ele por la erre, y viceversa, la uve por la be, y que se comen al final y aún en medio de una palabra resultando que al extranjero aunque sepa bien el castellano le cuesta trabajo comprender una conversación, particularmente de la gente que no es muy culta, pero en el caló que hablan los gitanos en España existe una diferencia notabilísima con el que se halla escrito en obras de esa jerga, pues suelen cometer el cambio de letra referido hasta en principio de la voz, así es que siempre hemos visto llamarse en León Bombardo en gitano y los de esta raza no dicen nunca sino Lombardo, lo que nos hace recordar en este momento la costumbre muy usual entre nosotros de decir muchos individuos lucho por ducho, y otras.
Los gitanos además sustituyen a veces la d por la l, como en la palabra mar que dicen siempre en vez de durilla, la lurilla, en la voz trueno dicen siempre lurian y no durian como es en gitano.
Los últimos gitanos que hemos conocido y hablan con cultura su idioma y el castellano, que sabían leer, escribir, y habían recibido una educación muy distinta de los de su clase, han sido el padre de las célebres gitanas de Madrid Pepita y La Chicharrona, y estas dos las que merecieron el honor de ser presentadas a su majestad la reina madre en tiempos de su regencia, que las hizo bailar, cantar, y varias preguntas que ellas satisfacieron con chispa y desenfado. A estas han sido a las únicas que hemos oído hablar con propiedad en la dicción, y las únicas también que hemos oído rezar en su idioma el Ave María, el Credo y el Gloria Patri etc., que por cierto es sumamente original y gracioso, no sólo en las palabras sino en el silbido que forman al rezar parecido a la pronunciación griega.
Hemos creído lograr el objeto que nos propusimos al emprender nuestra tarea sobre una materia que no ha sido tratada entre nosotros y estamos persuadidos que existen algunos que con mejores plumas habrían adornado su fraseología y llenado de imágenes bellas ciertos cuadros pálidos y sin interés que hemos retratado, pero la exactitud y la verdad nadie nos las podrá disputar.
Hemos trabajado con prácticos viajes y observaciones así como comparando nuestros apuntes y los de las personas ilustradas con ciertas obras que nos han facilitado nuestros amigos.