Las letras de esta canción hacen todas referencia a Mariana, un animal amaestrado —una cabra— que formaría parte de un grupo ambulante de gitanos húngaros. De hecho, hay versiones que comienzan con la letra:
Yo vengo de Hungría
con mi Mariana
me busco la vida
con mi Mariana
me busco la vida
El nombre de este sabio animal se suele acompañar con un extraño “macarrones” y un recurrente “mi alma, te quiero”.
Mariana, macarrones,
mi alma, te quiero
Luego, se le pide que realice pequeños números circenses: subir por una escalera. Lo que en lenguaje metafórico y poético se traduce por:
Sube, sube, Mariana,
por aquella montañita arriba, sube,
Sube, Mariana, sube
por aquella altita montaña
por aquella altita montaña
Sube, Mariana, sube,
la de la barriguita gorda, sube…
la de la barriguita gorda, sube…
Hay versos, también clásicos, que mueven a la compasión:
No pegarle, por Dios, más palitos
a la Mariana,
porque la pobrecita
a la Mariana,
porque la pobrecita
era manquita y coja
Otras letras asociadas a la mariana son:
Maresita mía de mi alma,
¡qué fatiguitas las que yo estoy pasando
¡qué fatiguitas las que yo estoy pasando
por esta mala serrana!
Sin motivito me está a mí dejando.
Sin motivito me está a mí dejando.
Cuándo querrá Dios del cielo
que las pascuitas cayeran en viernes
y la lunita en tu tejao;
y yo en la camita donde tu duermes.
En aquella falsa montaña
donde se crían las amapolas,
pon un letrero que diga:
que viva la reina española.
Así como los remates por tangos:
Salga la luna,
la luna y el sol…
No te pongas tú colorá,
no te pongas de tantos colores,
que me hacías previricar.
no te pongas de tantos colores,
que me hacías previricar.
Y si quieres que te quiera,
ponme fianza;
que de tu querer
no me fío, entrañas de mi sangre,
porque eres muy falsa.
Si quieres que yo a ti te quiera,
dame doblones,
que son moneditas
que alegran, titi de mis carnes, los corazones.
Debajito del puente
sonaba el agua
y eran las lavanderas,
repuñeteras, cómo lavaban.
sonaba el agua
y eran las lavanderas,
repuñeteras, cómo lavaban.