sábado, 1 de octubre de 2011

La farruca. A modo de epílogo

Epílogo

Después de aquel inolvidable 22 de julio de 1919 en que se estrenó El Tricornio de Manuel de Falla en el Teatro Alhambra de Londres, la farruca siguió evolucionando y enriqueciéndose. Vicente Escudero se inventó una “farruca geométrica” en París. Custodia Romero obtuvo sonados éxitos con la “farruca gitana” que compusieron para ella el maestro Boronat y Montoya. La Joselito triunfó con ella en pleno corazón del Montmartre parisino. Antonio Gades le hizo todo un monumento. Y muy recientemente Israel Galván rompió todos los moldes con la “Falsa farruca” que montó para que Rubén Olmo la hiciese en su Tranquilo alboroto. Pero todo esto escapa de los límites que nos fijamos al iniciar este trabajo.

Nos despedimos con esta última farruca.