sábado, 19 de marzo de 2011

La Checa. Itinerarios habituales


Tras su cuarto debut en el Romea, La Checa baila en el Salón Pradera de Santander, aunque se desplaza a Madrid para participar en el beneficio que el Romea le da a la cancionista Carmen Flores, en el que hace unas alegrías, acompañada a la guitarra por Luis Molina. De lo escrito en la prensa santanderina, destacamos:
Ayer bailó una jota tan admirablemente, tan maravillosamente, con una precisión, una ligereza y una agilidad tan grandes, que arrancó un aplauso espontáneo que la obligó a repetirla. Y tras de ese número otros bailes, en los que repitió el éxito.
Eco Artístico, 5 de junio de 1918.

Luego, otra vez al Romea, con nuevo vestuario y nuevos números. La prensa, como siempre, se volcó con ella.
Debutó La Checa, que siendo casi una niña es hoy una «estrella» de los bailes españoles, y sobre todo de los andaluces.
No hay en el baile de La Checa ni las posturas rebuscadas, ni los pasos de academia, ni reminiscencias de ninguna otra artista; pero hay naturalidad, arte, distinción y entusiasmo, y la orientación de alguien que en todo lo que se refiere a bailes españoles es, seguramente, el más documentado y competente.
La Checa reanudó ayer los triunfos obtenidos en este teatro, siendo ovacionada con verdadero entusiasmo y estricta justicia.
Acción, 17 de febrero de 1919.

La Checa, a la que se puede tildar de eminente bailarina, de dúctil talento, pues en bailes tan distintos como el gallego, el americano y el andaluz, del maestro Font, alcanza calurosas ovaciones, y es, además, muy admirado todo su nuevo vestuario de Abaurrea, original, lujoso y adecuado.
Acción, 28 de febrero de 1919.

ROMEA.— Reapareció La Checa en la escena de este aristocrático teatro y su reaparición ha sido un éxito definitivo para esta notabilísima artista.
Con vestuario de excelente gusto, original y adecuado, estrenó tres bailes del maestro Font de Anta: “Sabeliña” (gallego), “Whisky” (americano) y “Sevillanerías” (andaluz), e los que demostró la flexibilidad de su talento, que el público premió con clamorosas ovaciones. Se repitieron estas por la artística interpretación que dio a otros bailes, y quedó consagrada la Checa, como bailarina prodigiosa y de primer rango.
Imparcial, 18 de febrero de 1919.

La Checa, de cuyo baile americano ¡Whisky! hemos oído decir a unos diplomáticos que, al verla, se sienten transportados a Baltimore y otros puntos del sur de los estados Unidos, donde se celebran bailes de negros. La Checa es ovacionada en todos los números de su repertorio.
La época, 22 de febrero de 1919.
 (continuará)