miércoles, 15 de abril de 2015

Marco de Ana en el Café de Silverio

Ayer bailaba Marco de Ana en El Tabanco, en lo que para el flamenco llaman Café de Silverio. Nunca le habíamos visto bailar y nos interesaba. Así que allí fuimos a verle. Marco hace un baile muy personal. Es un flamenco estilizado. Un flamenco contemporáneo. Un flamenco de figuras insólitas. Figuras que prefieren la línea recta a la curva. Figuras inesperadas y sorprendentes. 


Pero un flamenco sentido. Porque todas esas formas son expresión de lo que él siente en cada momento. Empieza sentado y va, poco a poco, rebuscándose, hasta que se siente lleno, cargado, y entonces se levanta y se pone a bailar.


Es, desde luego, un baile cuya escuela ha nacido en Sevilla, hija de la imaginación y creatividad de Israel Galván, pero que Marco interpreta a su manera, ajusta a la medida de su personalidad y sus sentimientos. 

 
Anoche, acompañado por Kisko de Alcalá de Alcalá al cante y Miguel Pérez a la guitarra, bailó por tientos, se asomó al tango y remató por tonás. Luego, Miguel Pérez hizo una farruca y Marco se puso algo de color en el vestuario y cerró su actuación por alegrías.


Mereció la pena la visita a un local con nombre tan jerezano.

                                                                                               José Luis Navarro