Desde luego a los que han pasado por la academia de José
Galván se les nota. Curiosamente, más aún a las bailaoras. Conservan las
hechuras y la elegancia de la escuela de Sevilla. Además, José Galván no solo
enseña pasos, también monta bailes para sus alumnos. Y les jalea y les canta.
Creo que no se le puede pedir más.
Lo que está haciendo con su hijo José Antonio es digno de
toda alabanza. Día a día lo está convirtiendo en un bailaor. Por supuesto que
como discípulo él debe ser lo que todo maestro sueña: disciplinado, serio,
atento a cualquier observación... En fin, una gloria de alumno.
Anoche se superó a sí mismo. Bailó solo y en pareja con
Malena Alba. Unas veces él se sumaba a los bailes de ella y otras era ella la
que se sumaba a los bailes de él. Todo montado al detalle y perfectamente
sincronizado.
Malena tiene muy buenas maneras y vive con pasión el baile.
Por lo que vimos anoche estamos seguros que dará que hablar muy en breve.
Solos y en pareja, Malena y José Antonio hicieron farruca,
tientos-tangos, seguiriya y soleá por bulería. Les acompañaron Juan Toro al
cante, que se lució también con unos fandangos, y las guitarras de Juan Carlos
Ayala y Pau Marzal.