sábado, 11 de mayo de 2013

Enterrar tópicos


Va siendo hora de enterrar definitivamente tópicos trasnochados, tales como, “el flamenco se lleva en la sangre”, “¿qué puedes saber tú de esto si no has pasado hambre, persecuciones  y fatiguitas?”, etc.,  etc., y sustituirlos por una realidad que día a día se está imponiendo: el flamenco es ya un arte universal al alcance de cualquiera que sea capaz de enamorarse de él.

No es cuestión de ADN, sino de afición, estudio, ilusión y sobre todo, trabajo, trabajo…. y más trabajo. Así lo están haciendo decenas de extranjeros de las más diversas procedencias,  que vienen a su encuentro, se machacan aprendiendo y se hacen su propia propaganda para conseguir reunir un público, poder medirse con él en un escenario y llevarse, además de unos eurillos, los aplausos cerrados que premian su actuación y les animan a seguir adelante.


Así lo demostró anoche el grupo que actuó en el Garufa, compuesto por Zsófia Pirók , una húngara, convertida ya en excelente bailaora, sobrada de técnica, expresividad y conocimiento; la interesante guitarra, de Guillermo Guillén, todo un profesional, muy consciente  de que la guitarra es el hilo conductor a través del cual debe fluir todo el espectáculo. Conserva los toques  tradicionales como santo y seña de lo que está interpretando y añade los suyos propios con frecuentes destellos de inspiración, que enriquecen pero en absoluto interfieren ni desvirtúan el  palo en cuestión.  Al igual que Sofía, se vino de Francia, su país natal, para empaparse sobre el terreno de los entresijos de nuestro arte.  Al cante, Pakito Mejías, un trianero guasón, que se ha puesto una K en su castizo nombre, para, si se tercia, hacerse pasar por austriaco y no desentonar  con el grupo. Así como si tal cosa. Sin embargo, el sabor de los tangos trianeros del Titi le delatan. A la percusión Dani Bonilla, que lo mismo funciona como palmero, que se canta unas letrillas o se da una pataíta. Todos confluyeron y crearon un caldo de cultivo que funcionó a la perfección. Dicho todo esto, paso a hacer unos rápidos apuntes de lo que allí sucedió.


Sofía bailó maravillosamente por soleá y alegrías y estableció un magistral contrapunto del carácter de cada palo. Casi se transfiguró y no parecía la misma de uno a otro. Dos bailes completísimos, variados y generosos en técnica: brazos,  mudanzas, zapateados y remates.


Disfrutamos los tientos-tangos de PaKito y Guillermo, porque tanto el uno como el otro  introdujeron apuntes nuevos, letras que entroncan perfectamente con el mundo actual el primero y detalles personales el segundo. En la segunda intervención de ambos,  un garrotín, ocurrió lo mismo. Nos queda  en la memoria un bellísimo momento de la guitarra, brevísimo, pero digno de recordar.

El broche por bulerías cerró la inmejorable actuación de todos ellos.

Eulalia Pablo
Lugar: Sala Garufa
Fecha: 10 de mayo de 2013.