Anoche volvimos a darnos una vuelta por La Caja Negra. Esta
vez no íbamos a la aventura. Sabíamos que bailaba Marta Balparda y fuimos
expresamente a verla bailar.
Ya la hemos visto y hemos reseñado sus actuaciones en más de
una ocasión, pero anoche volvió a sorprendernos. Primero con un taranto. No se
lo habíamos visto antes. Puso en él todo el dramatismo que rezuma el mundo de
la mina. y lo hizo sin estridencias, con el aplomo, la serenidad y la elegancia
que caracteriza el baile de la mujer sevillana. Zapateando demostró además unos
pies limpios, seguros e imaginativos.
La segunda sorpresa fueron las alegrías que bailó después.
Hace apenas unos meses que se las vimos. Las recordábamos muy bien y, por eso,
pudimos apreciar detalles nuevos, nuevas aportaciones, especialmente esos
pellizcos llenos de picardía con que las adornó. Esto, acostumbrados como
estamos a que bailaores y bailaoras que gozan de un nombre envidiable en el
panorama del flamenco actual y que, encima, alardean de improvisar, hacen siempre un calco de cada baile, dice mucho en favor de Marta. ¡Así se enriquece
el baile!
Atrás estuvo, como siempre, muy bien arropada por la guitarra
de David Silva y la voz de Manuel Romero, un cantaor que ya ha puesto su primer
disco en la calle y que está pidiendo a gritos las tablas de un teatro. Se las
merece.
José Luis Navarro
Fecha: 12 de junio de 2012.
Lugar: La Caja Negra. Sevilla.