jueves, 12 de diciembre de 2013

"Bailando en plata", un tributo a Miguel de Molina

Creo que es muy justo que los flamencos se acuerden de los artistas de la copla española. Son dos hermanos que nacieron y crecieron en el mismo solar. Y Miguel de Molina (1908-1993), apaleado y ultrajado por el franquismo, fue, sin duda, uno de los grandes del género. Pero esto es, desafortunadamente, cuanto de positivo podemos decir del espectáculo que presentó anoche Pilar Astola en el ciclo "Jueves flamencos" de la Fundación Cajasol.


Fue un tributo falto de ingenio y, sobre todo, de ese arte que el malagueño derrochó por los escenarios. Se centró básicamente en sus trajes, la paliza que le dieron los fascistas, algunas de las canciones que él popularizó y sus últimos momentos. Como se podía esperar, su vestuario no tenía, no podía tener, la fastuosidad de esas ropas que no hace mucho (Bienal de Flamenco de 2012) pudimos ver en el Casino de la exposición. La paliza no pasó de ser una tanda de bastonazos dados sin ton ni son con una criatura en el suelo diciendo "¡Ay!, ¡ay!". Como es natural, una cosa así no podía recibir un tratamiento realista, pero nadie supo estilizarla artísticamente. Nos recordó a sensu contrario la genialidad que demostró Salvador Távora en la redada y el apaleamiento que las tropas dan a los gitanos de Triana en su inolvidable Carmen. Respecto a la interpretación de las canciones, lo único que consiguen es empequeñecer el legado de Miguel de Molina. ¡Si él levantase la cabeza...!


Respecto al baile, salvo escasos momentos, fue un continuo zapatazo que, puestos a desmerecer, ni siquiera le dio un mínimo reposo a esas dos exquisitas escobillas ―la de la soleá y la de las alegrías― que constituyen dos páginas escogidas de cualquier manual musical de la percusión de pies en el baile flamenco. Todo fue ruido: palmas para tapar los pies y pies para competir con las palmas y, entre todos, ahogar el sonido de la guitarra.

Y para terminar, un consejo: si quieren acercarse a la figura de Miguel de Molina, escuchen sus discos y vean Las cosas del querer, las dos películas que le dedicó Jaime Chávarri en 1989 y 1995.

De momento, escuchen esto:



José Luis Navarro
Fotos: Mercedes Malvarez
Cortesía de Cajasol

Lugar: Sata Turina (Sevilla)
Fecha: 12 de diciembre de 2013.