lunes, 9 de diciembre de 2013

Abdón Alcaraz en La Caja Negra

Hacía tiempo que no nos dábamos una vuelta por La Caja Negra. Anoche fuimos porque intuíamos que podía ocurrir algo. Y no nos equivocamos. Con los años uno ha desarrollado una especie de sexto sentido que le avisa de estas cosas. Una relación fraternal con los duendes, que diría un castizo. Además, se presentaban en Sevilla unos paisanos, Abdón Alcaraz y Verónica Sobrinos, murciano él y cartagenera ella, y ya se sabe también que la tierra tira.

Abdón (Murcia, 1976) es un pianista al que tanto le priva el jazz como el flamenco, porque, como él dice "El flamenco es jazz y el jazz es flamenco". En 2010 obtuvo el premio El Filón para instrumentistas flamencos en el Festival del Cante de las Minas. Venía acompañado por Gautama del Campo, un saxofonista que también había sido premiado en La Unión (2ª premio El Filón en 2013) y aquí le esperaban otro galardonado en La Unión, el bajista Pepe Bao (Premio El Filón también en 2013), el cajón de Ezequiel Reina y la bailaora Marta Balparda. Como ven, no se podía pedir más. No se conocían, pero el encuentro fue un aluvión de sonidos con arte a raudales, improvisación a mansalva y magia para reventar.

Y es que estar presente cuando unos pedazos de músicos disfrutan de lo que tocan es una experiencia inolvidable. Anoche se les veía en las caras cómo se lo estaban pasando, cómo se comunicaban entre ellos. Para estas cosas, La Caja Negra nos envuelve en un halo de intimidad con el arte como ocurriría en aquellos tugurios de Storyville donde nació el jazz de Nueva Orleans.

Lo que hizo Marta Balparda fue un sueño hecho realidad. Se subió a las tablas y se puso a improvisar.  Qué pocas se atreverían a afrontar un reto semejante. No solo le puso formas a la música que esos tres monstruos tocaban, sino que tenía que anticipar lo que en cada momento se les podía ocurrir, para cuadrar el baile. Y vaya que si lo hizo. Y no solo eso. Cuando todos se desmelenaron en un fin de fiesta por bulerías, con la voz y las palmas de Juan Murube, que se había unido al grupo, terminó llevándoselos a todos a su terreno. Yo la he visto bailar muchas veces, pero nunca con la fantasía que lo hizo anoche.
 


 
Para que se puedan hacer al menos una idea de lo que vivimos por unas horas, vean estos vídeos. Claro, que lo mejor es que, si pueden, se den esta noche una vueltecita por La Caja Negra y lo vean en directo.



 


 

José Luis Navarro