jueves, 12 de abril de 2012

Marco Flores o "la joie de danser"

Cuando veo bailar a Marco Flores me viene inmediatamente a la cabeza esa expresión francesa que tanto usan los ingleses: la joie de vivre. Y es que eso es lo que contagia su baile y eso es lo que, ajustando el término, la joie de danser, estamos seguros que él siente. El disfrute de vivir, el disfrute de bailar.


Marco hace un baile muy personal. Un baile que nace de unos pies ajustados milimétricamente al compás, limpios, nítidos, virtuosos. Sobre ellos sus brazos y su cuerpo crean continuas actitudes, interpretan escobillas, que son antiguas, que sin duda pertenecen al repertorio básico del baile flamenco, pero que hechas por él resultan distintas, deslumbradoramente nuevas. Sus manos son pinceles que dibujan las más insospechadas diabluras.  Con todo ello se apodera del público y le embriaga de movimientos, filigranas, desplantes y silencios expectantes.

Empezó poniendo vida a la cabal de Silverio y se puso serio con el Reniego. Se lució por cantiñas —lo mejor de la noche— y cerró por soleá.

Atrás estaban Antonia Jiménez con la guitarra, Inma Ribero y Mercedes Cortés con el cante y Ana Romero con las palmas.

José Luis Navarro
Fecha: 12 de abril de 2012
Lugar: Sala Turina. Sevilla.