domingo, 16 de enero de 2011

Un romance por entregas: la fuga

Pastora y Gallito desaparecen y mantienen a la prensa entretenida, haciendo cábalas sobre su paradero y el posible desenlace después. Parece que las fugas de parejas eran una moneda de uso frecuente. Fíjense, dos artistas se pierden, con sus respectivos Tenorios, en solo unos días, para desesperación de los empresarios que se ven obligados a cerrar.
¿Dónde van?  Es la pregunta que se hace El Liberal el 2 de febrero de 1911.

¿A DÓNDE VAN?
Sevilla 9. Hace pocos días desapareció, probablemente por su voluntad y en compañía de un galán con suerte, la bella coupletista Paquita Correa.
Hoy, la gentilísima Pastora Imperio, tan conocida y apreciada en Madrid, ha volado también con rumbo desconocido.
Trabajaba esta artista en el Salón Llorens, donde se cultiva el género de «varietés», y esta noche estaba anunciada en los carteles, porque el empresario no tenía noticia de que se encontrara enferma ni sospechaba que pudiera faltar a la hora de la función.
Pero el empresario propone, y Cupido dispone, y en esta ocasión dispuso que Paquita desapareciera misteriosamente.
¿Dónde ha ido a parar?... Nadie lo sabe.
Los comentarios son tantos como los comentaristas.
Y no falta quien asegure que por las angostas calles de la ciudad vaga, a altas horas de la noche, la sombra de Don Juan Tenorio, sevillano redivivo para tormento de empresarios ó inquietud de «coupletistas»
EL Liberal, 2 de febrero de 1911.

A partir de aquí, se desatan las conjeturas, que van apareciendo a diario. ¿Dónde y con quién?, ¿el torero o el joven contrabajo con el que Pastora intercambiaba intencionadas miradas en sus actuaciones? Ambas quedarán aclaradas enseguida.

Desaparición de otra artista en Sevilla.
SEVILLA.— Al comenzar anoche la función en el Salón Variedades, fue preciso suspender el espectáculo, porque faltaba la artista Pastora Imperio.
El empresario estuvo en casa de la Imperio, acompañado de un médico; pero allí le dijeron que ignoraban el paradero de dicha artista.
Se comenta mucho esta desaparición, después de la fuga de Paquita Correa.
Dícese que la gentil bailarina ha huido en compañía de un torero famoso.
Ahora, pues, la cantará otro gallo.
El teatro ha tenido que cerrar sus puertas.
La Época, 9 de febrero de 1911 y El Liberal, 9 febrero 1911.

OTRA FUGA
LA TIPLE, EL CONTRABAJO Y EL TORERO
SEVILLA. (Jueves, noche.) Otra vez la fuga de una estrella del tablado ha dado tema para animadas conversaciones.
La bella tiple Pastora Imperio venía trabajando, hace quince días, en el Salón Llorens.
Sus cuplés arrebataban al público, y su número era el más sugestivo y el de más atracción de todo el programa.
Las entradas contábanse por llenos.
En la orquesta hay un joven de fisonomía simpática, ojos dulces, que recorren las páginas de la partitura para interpretarlas en el violón, ojos que á veces se alzaban del papel para clavarlos en los de Pastora Imperio.
Pastora, al cantar, dedicaba insinuantes miradas y frases al artista.
Había cuplés, en los que todas estas manifestaciones eran más expresivas.
El público, advertido, coreaba estas escenas, como colaborando á estos amores platónicos.
Muchos aseguraban que entre la tiple y el músico se habían establecido corrientes de afecto.
Hasta aquí la historia de medio mes.
Anoche empezó la función, y al llegar el turno de la bella Imperio, no apareció ésta.
El empresario suspendió la función, devolviendo el importe de las entradas.
Inmediatamente acudió el empresario, acompañado por un notario, al domicilio de la artista, no encontrando ni rastro de ella.
En cuanto se supo el hecho, comenzaron a forjarse leyendas.
Había quien relacionaba la desaparición con las insinuaciones de la tiple con el contrabajo; quien con otros amores.
Se murmura por aquí que entre la Imperio y el Chantecler de la torería existían muchos afectos.
Y para que nada falte, hay quien afirma haberlos visto subir en el expreso de Madrid.
Lo cierto es que el pobre músico, apenado, parecía nostálgico, en la función de esta noche.
Se comenta muchísimo esta segunda desaparición de otra belleza, que deja tras de sí una corte de admiradores.
La Correspondencia de España, 10 de febrero de 1911.

Desaparición de una artista
Sevilla 9.— Desde anoche no se habla en Sevilla de otra cosa más que de la desaparición de la cupletista Pastora Imperio. Con su desaparición  ha coincidido la del diestro Gallito, y hay quien asegura que ambos tomaron el expreso de Madrid.
Hace poco se dijo que la Imperio iba a retirarse de la escena para contraer  matrimonio con Gallito, y éste lo negó, diciendo que la historia fue inventada por un periódico mejicano cuando hace dos años estuvieron en Méjico ambos artistas.
El Imparcial, 10 de febrero de 1911.

GALLITO y LA lMPERIO
Sevilla 9. La célebre bailarina Pastora Imperio venía actuando con gran éxito en el Salón Varietés. Repentinamente desaparece de escena, sin que la empresa sepa dónde ha dirigido sus pasos la bella cupletista.
Como da la casualidad que el torero Gallito ha hecho también mutis, sin decir a dónde iba, y como parece que alguien vio anoche en un departamento del expreso de Madrid a la Imperio y Gallito, todo Sevilla relaciona ambas coincidencias y se dice que se trata de una fuga amorosa.
Ya en Méjico, se dijo que el Gallo y la Pastora Imperio iban a contraer matrimonio; pero ella desmintió la especie, diciendo que era una pura fantasía de los periodistas mejicanos.
No se habla de otra cosa en círculos artísticos y taurinos, y; todo el mundo reconoce que si es superior la mano izquierda del espada gitano, no tiene por qué envidiarla la de la famosa bailarina.
El Liberal, 10 de febrero de 1911.

Hay dimes, diretes y comentarios para todos los gustos.

Sevilla, Guadalquivir...
Pues señor, en Sevilla les ha dado en la flor de dedicarse al ocultismo, y un día desaparece una tiple; otro, una cupletista.
Ahora le ha tocado la vez á una bailarina famosa, que se ha largado de la ciudad del Betis, dejando con un palmo de narices al empresario, al público y á la familia.
Por lo que se dice, además del baile, se quiere dedicar á cantar la canción del amor, y en seguida ha soltado un gallo.
Es decir, un Gallo, porque el famoso torero es el que ha hecho que se queden en Sevilla sin la famosa Imperio
¿En qué quedarán esas cosas?
Ya veremos; por ahora, «allá que los sevillanos...»
El Heraldo Militar, 10 de Febrero de 1911.

Gallito se apresura a proclamar a los cuatro vientos que el asunto terminará en boda; la Mejorana y su hijo Víctor se marchan de inmediato a la capital y los telégrafos de la prensa echan humo. Junto con estas noticias, La Época, vuelve a recordar la aventura de Fernando el Gallo y Gabriela Ortega.

El  "chantecler” y la faisana
Pareció la Pastora.— «Dominus vobiscum».— «Gori gori».—El «Gallito» se casa.— Historia retrospectiva.
En Sevilla continúa siendo el asunto del día la fuga de la bella bailarina Pastora Imperio con el espada Gallito.
Noticias de la corte, según telegrafían de Sevilla, permiten asegurar que el, lance terminará en boda.
Rafael telegrafió á la madre de la bailarina, pidiéndola su perdón natural, y ofreciendo que cumplirá como corresponde a los hombres de conciencia.
La madre, aunque confiada en las palabras de Rafael, ha salido en el expreso de esta noche en busca de la niña... por si acaso.
En el mismo tren marchó el hermano de la fugada, guitarrista que acompañaba á la Imperio en sus celebrados tangos y movidas guajiras.
La madre de la Imperio es la antigua bailadora, reina del zapateaao, conocida por la Mejorana, también cañi de pura cepa, y por la que doblaron muchos de pasión de ánimo.
Con motivo de esta aventura amorosa, recuerda el Heraldo otra, ocurrida hace más de treinta años, y de la que fueron protagonistas los padres de Gallito.
En  el café Filarmónico se conocieron una noche Gallito (padre) y una admirable bailadora, llamada Grabiela, con la que entabló relaciones amorosas, y una noche la Grabiela, el Gallo y algunos amigotes del espada, salieron de Sevilla y refugiáronse en un cortijuelo.
La bailarina se vistió un rico traje y prendióse en el busto las simbólicas flores del naranjo; el lidiador llenóse de alhajas resplandecientes, y muy grave vio entrar en la habitación á Bartolesi, el fornido piquero, que disfrazado de cura hizo una parodia nefaria é irrespetuosísima del más temible de los Sacramentos.
- ¿Quiere uzté á la zeñora por ezpoza?
—Sí -dijo el Gallo.
— ¡Dominuz vubizcun! -replicó Bartolesi.
y añadió:
—Y uzté, ¿cámela al zeñor por ezpozo?
- Sí.
—Poz requiezcatimpace, amén. Gori, gori. Dominuz vizcun.
Los bendijo, se fue con los amigotes, y el Gallo vio de par en par las puertas de la gloria.
Pero transcendió la aventura, indignáronse los hermanos de la Grabiela, y el Gallito, acorralado, temiendo que los sabuesos que le perseguían le hiciesen un agujero incerrable en la piel, comenzó á negociar, se vino á las buenas, y se casó.
Cosa parecida ocurrirá ahora, como decimos; pues se ha recibido en Sevilla un telegrama de Gallito, participando su resolución de casarse con la bella Pastora Imperio, con la que se fugó el miércoles
La Época, 11 de febrero de 1911.

La Imperio y Gallito
Sevilla 10. Se ha confirmado que la cupletista Pastora lmperio se fugó el miércoles con el diestro Gallito.
Esta noche se recibió un telegrama de Gallito, anunciando que se casará con la bella artista «cañí».
El Imparcial, 11 de febrero de 1911.

Gallito y Pastora Imperio
Sevilla 10.— Se ha recibido un telegrama de «Gallito» participando su resolución de casarse con la bella Pastora Imperio, con quien se fugó el miércoles.
El País, 11 de febrero de 1911, El Globo, 13 febrero de 1911, El Día, 13 de febrero de 1911.

Por lo que insinúa el Heraldo Militar, el diestro, además de por los toros, debía tener una cierta debilidad por artistas, fugas y promesas.

Sevilla, Guadalquivir y Manzanares
No hay que apurarse. Ya pareció aquello.
Es decir, si aquello puede llamarse al simpático diestro Gallito y a la hermosa cupletista Imperio.
La enamorada pareja se encuentra hospedada en un hotel de esta corte, y según un diario de esta mañana, buscando a un cura que les eche las bendiciones.
El mismo diario relata que este asunto les trae muy preocupados, y que desean cuanto antes contraer matrimonio, no sea que la boda pueda interrumpirla cierta tiple bastante guapa, a quien Gallito el año pasado hizo la misma promesa que hace días hizo a la bella Pastora.
¿Prisa por casarse, querido Rafael?
Recuerde al centinela del cuento, y cual él, exclame: Y ya, ¿pa qué?
El Heraldo Militar, 11 de febrero de 1911.

Día a día, se van conociendo más detalles de esta fuga, cuidadosamente planificada y guardada en el más absoluto secreto.

ELTORERO Y LA BAILARINA
Los amores del Gallito
Desde que los telegramas de Sevilla dieron cuenta de que la bella y gentil cupletista y bailadora Pastora Imperio había abandonado la ciudad andaluza en unión del torero Rafael Gómez, Gallito, el asunto paso á ser un suceso de palpitante actualidad que había que recoger en los periódicos. Al fin  y al cabo se trata de dos artistas, Cuya vida «interesa» a los públicos que tanto los ha aplaudido, y que con interés grandísimo ha seguido su carrera artística.
Pues bien, nada más difícil que ver á Gallito; y, como consiguiente, nada más imposible que entrever á la Pastora Imperio.
Su fuga de Sevilla fue con todo el aparato que tan importante acto requiere. La gentil artista cubrió su cuerpo con un largo abrigo, envolvió su gentil cabeza en una toquilla de color azul y en un coche de punto se dirigió a la estación del Empalme, de aquella ciudad.
Allí estaba el Gallo, que iba vestido con gabán oscuro y gorra.
Juntos tomaron el expreso de Madrid, llegando a las nueve de la mañana.
En la estación esperaba un primo del Gallito, que manifestó a su pariente que en la casa de la calle de la Visitación, donde Rafael suele parar cuando viene á Madrid, había otros toreros.
Como la discreción era la norma que se había impuesto Rafael al emprender su aventura no quiso que sus compañeros de profesión le vieran y comentaran su viaje. Decidió hospedarse en el Hotel Inglés. Y allí está la enamorada pareja.
Entre Sevilla y Madrid se han cambiado varios telegramas, y el asunto marcha por el camino de boda a pasos agigantados.
Rafael y Pastora emprenderán el viaje de regreso dentro de dos ó tres días, y allí, en la bella ciudad donde se han desarrollado los amores del torero y la bailarina, contraerán éstos matrimonio a satisfacción de todos, pues, según parece, las familias respectivas están de acuerdo en que la calaverada de los chicos termine del modo más formal posible.
Y eso es todo. Lamentamos por nuestros lectores que el asunto no tenga más pintorescos aspectos, pero ¡qué se ha de hacer! No puede suplir la fantasía lo que de suyo no es más que la unión de dos quereres, santificados por el vínculo del matrimonio.
La Correspondencia de España, 12 de febrero de 1911.

Ciertamente esta situación no había sido provocada por una decisión apresurada e irreflexiva. La retrospectiva del flechazo, que se ofrece en la mayor parte de la prensa, parece querer indicar que la decisión de optar por la fuga, en vez de escoger la vía más natural y menos traumática hacia la vicaría, fue debida al carácter desconfiado y celoso del diestro. Desde luego, las condiciones que le impone para casarse, despiden un tufillo extraño y suenan al más puro estilo machista. Sea como fuere, así se contó:

Boda Romántica.
La bailarina Imperio y el "Gallito"
Principia el idilio.— Encajonados.— En el “sleeping”.— Llegada a Madrid.— El matador y el mozo de estoques.— En el «Hotel Inglés».— Devolución de alhajas.— La boda.— «Minuto», padrino.
Persona enterada del idilio de que han sido protagonistas la conocida bailarina Pastora Imperio y el matador de toros Gallito, nos ha facilitado curiosos detalles de esta aventura amorosa.
Se trata de lo que los franceses llaman una espagnolada, y por la serie de incidentes que han mediado en el asunto, pudiera servir para una opereta de toreadores y manolás» (con acento sobre la a), con su mijita de garrotín y zambra gitana.
«Este amor—nos dijo nuestro interlocutor—empezó en Sevilla antes de que Gallito fuera a Méjico a torear.
Pastora Imperio trabajaba en el Salón Novedades, donde sus bailes taconeados, netamente flamencos, arrancaban olés y palmas a la concurrencia.
Una noche se acercó Gallito a la mesa donde Pastora se encontraba, acompañada de su madre, la Mejorana, y le ofreció una caña de vino.
Aquel fue el primer chispazo.
Las miradas se encontraron, los ojos se comprendieron, el idilio empezó.
Al salir a la calle, Gallito dijo a Pastora:
- Moruchilla de mi arma, mañana sargo pa Méjico. En cuantito esté de güerta, vengo por ti y nos echan er garabato. ¿Ma asperará?
—Sí, Fernando de mi vía: te asperaré.
Volvió Fernando de Méjico, y tan pronto como llegó a Sevilla, fue a ver á su Pastora.
—Aquí me tiene, mare é mis ojos. A casarme vengo, pero siempre que me jures que tú no has querío a más hombre que a mí, y que tus sacaes no han mirao con faitigas a otro.
—Te lo juro.
—Pues dame una prueba.
- ¿Cuá?
- Vamonos á Madrí, y allí nos casamos.
- ¿Y mi mare?
—Ya se conformará.
—Pos vámonos.
—Esta noche.
Inmediatamente Fernando se puso de acuerdo con su primo y mozo de estoques, Ortega, y en un coche partieron los tres para la estación del Empalme, con objeto de esperar allí el paso del expreso que va en dirección a Madrid.
Tan pronto como llegaron al Empalme, buscaron sitio donde no ser vistos, teniendo que esconderse en un cajón de encerrar  toros, que se encontraba al final del andén.
En él permanecieron algunas horas, hasta el momento de tomar asiento en el sleeping.
Una vez en Madrid, la enamorada pareja se dirigió al Hotel Inglés, donde se hospedan en dos habitaciones separadas.
Gallito encomendó a su primo Ortega que conferenciara telefónicamente con el hermano de la Imperio, La conferencia fue por todo extremo pintoresca, quedando en él rotas las hostilidades.
En su consecuencia, Gallito dispuso que Pastora devolviera a su madre las alhajas que consigo traía, y toda la ropa blanca, conservando sólo una bata modestísima (era todo lo que la decencia permitía conservar) y unos zapatos de raso.
Todo fue empaquetado, y facturado a Sevilla en gran velocidad.
Como por la precipitación, Fernando no había traído más dinero que el necesario, buscó a un íntimo amigo suyo, quien le prestó 10 000 pesetas.
Con ellas compró vestidos y alhajas a Pastora; pero, esclavo de su palabra, ha pedido a Sevilla los papeles necesarios, que han debido llegar hoy, lunes, para celebrar la boda el miércoles próximo en el Juzgado del distrito del Congreso.
La boda será civil primero, y eclesiástica tan pronto como se cumpla el trámite de las amonestaciones,
Será padrino de la boda el popular matador de toros Enrique Vargas (Minuto), y testigos Bienvenida y Ortega.
Terminada la ceremonia, se celebrará un almuerzo en casa de Tournié. No faltarán a esta boda románticos grupos populares que griten: « ¡Vivan los novios!»
La Época, 13 del 2 de 1911, El Globo, 13 de febrero de 1911 y  El País, 14 de febrero de 1911.

(continuará)