viernes, 17 de septiembre de 2010

Encanta arroba y embriaga... (2)

          Pero bueno, si aún les queda duda de qué y quiénes eran aquellos jaleos de principios del siglo XX, y de dónde venían, hagan el favor de seguir leyendo y averigüen, vean cómo eran sus rituales y sus rostros:
    
          La Chana.- ...Templadas sus cuerdas, la guitarra dejó el rinconcillo en que lanzó al aire sus primeras notas, y poética y alegre ya está en el primer trastero de la sala, dejando escuchar un precioso jaleo que hace bullir la sangre de las preciosas gitanillas, y formar corro junto al tocador y castañear los dedos, y batir palmas, y mutuamente a excitarse a cantar las unas y las otras, y preludiar la danza...
                                                            Lorenzo Leal                                    
                                     (El Cronista. 15 de abril de 1890)
        *
En casa de Gallito.- La casa de este célebre matador de toros, uno de los mejores en la suerte que constituye la fiesta nacional por excelencia, se vio anteanoche invadida por sus numerosos amigos de esta ciudad a los que había invitado para solemnizar el bautizo de su quinto hijo...
        ...Privó más que ningún otro el jaleo, que es el baile andaluz por excelencia, y el que más arte y más gracia requiere, sin duda por ser el que más efectos expresa con sus múltiples figuras. Hay que ver a una mujer hermosa cómo al compás de la música de este baile que parece compuesto de gemidos de dolor y gritos de alegría, se mueve y contonea en mil giros diversos, y cómo con sus airosos movimientos y expresivas posiciones, encanta arroba y embriaga, haciendo surgir fantásticos ensueños de delicias, ya estiende sus brazos ofreciéndolos como amorosa cuna, ya dulcemente los recoge como si a alguien abrazaran, ya sonriente y placentera inclina lánguidamente la cabeza, y tierna su mirada parece ofrecer a uno su mejilla, ya como arrepentida y ruborosa se retira como avergonzada de la erótica expansión. Y cómo presa por amorosa fiebre, torna con más provocativos movimientos, y las deleitables ondulaciones y lánguidos cimbreos del cuerpo derraman gracia y sentimiento que ya no sólo atacan los sentidos, sino que se apoderan del espíritu engolfándolo en sueños que duran todavía cuando el baile ya ha acabado. Es un cuadro completo, una obra de arte...
                                    (El Cronista. 30 de abril de 1888)

            Decidme: ¿No son finas pinturas, descripciones precisas y preciosas de unos bailes que ahora -y desde hace poco más de noventa años- reconocemos por el vocablo bulerías? ¿O es que aquellos fabulosos jaleos  -tan celebrados, tan extendidos, tan fértiles-, inseparables de los tangos en las fiestas de entonces, desaparecieron y se fueron a la nada de la noche a la mañana?
    
            Yo creo que no, que únicamente mudaron  la manera de llamarse. Dijo, había dicho poco antes, en 1879, nuestro señor don Antonio Machado y Álvarez “Demófilo”:

          Soledades de tres versos o coplas de Jaleo: Aunque estas canciones reciben indistintamente el nombre de soledades o coplas de jaleo, nosotros damos especialmente esta última denominación a las que tienen la letra festiva o ligeramente melancólica, se entonan con más rápidos y animados compases y se pueden acompañar con el baile... (4)

           Desde luego no hace falta ser un lince para discernir: ¿Qué forma del flamenco puede ser una  -en aquel entonces y ahora- que tiene la estructura de la soleá pero se canta y toca “con más rápidos y animados compases”, se dice con “letra festiva” y “se puede acompañar con el baile”? La respuesta es obvia. En 2004 como en 1944  eso se llama bulería, pero no así en 1904 ni en el 1884, que se decía jaleo.
       
           Ni por aquellos años ni en mucho tiempo atrás. Pues esta primitiva denominación de origen viene de lejos, (5) incluso de antes que los flamencos principiaran a codificar, a edificar históricamente y a diferenciar su género.

          Y miren qué curioso, qué modo de señalarse tuvo -por la primera mitad del siglo XIX-  no ya en Jerez o en los campos de Lebrija, sino en La Habana:
  
Teatro del Diorama.- ...Doña María Rubio y Don Andrés del Castillo cantarán la graciosa tonadilla La Solitaria que concluye bailando un Jaleo Gitano.
                       (Diario de La Habana. 28 de septiembre de 1834)
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Teatro del Diorama.-...y para terminar el espectáculo se ha escogido un sainete graciosísimo, nominado Segunda parte del Soldado fanfarrón o Ventorrillos de Puerta Tierra, en el cual mi señora madre bailará El Zorongo, acompañada de guitarras y del Jaleo de la comparsa, al estilo gitano...
                                                          Joaquina Pautret
                       (Diario de La Habana. 14 de febrero de 1835)

          De veras sorprendente y de veras trascendente esto que se rescata se recuerda y se ha  reproducido: En los mil ochocientos treinta -cuando Estébanez Calderón publica por primera vez Un baile en Triana (6)-  son reconocidos en la -aún española- isla de Cuba -en los teatros de La Habana- el baile del Jaleo Gitano y otro sí un modo de interpretación: al estilo gitano...
  
          Y eran no flamencos  sino actores bailarines y cantantes de mil sitios (7) quienes presentaban -en aquel entonces- estos repertorios, seguramente aprendidos en la escuela de la fiesta, compartiendo saberes y júbilos con los naturales de la Andalucía, después que terminaran las funciones en los teatros o en las academias o en  los salones de bailes de palillos:  
Bailes del País.-  El Director del Salón Oriente situado en la calle de Trajano (antes del Puerco) pone en conocimiento de los aficionados, por si gustan concurrir, que esta noche habrá una gran función de bailes nacionales o de palillos, al que asistirán las mejores discípulas de esta capital, y entre ellas la tan aplaudida bolera señorita doña Josefa Moreno, que tanto ha gustado en los bailes que se han dado anteriormente en dicho salón, dando principio a las nueve, y concluyendo a las doce con los jaleos andaluces y seguidillas gitanas (8) por la citada Moreno, en los que tanto se distingue, por la finura y precisión con que los ejecuta.
                               (El Porvenir. 28 de junio de 1853)
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Salón de Oriente.- ...los bailes de jaleo serán acompañados de guitarra y canto gitano.
Salón del Recreo.- ...concluyendo los dichos bailes con los de jaleo tocados y bailados por los cantadores y gitanas de más fama.                                                          (El Porvenir. 16 de mayo de 1857)
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Teatro Principal.- Beneficio de la señorita doña Dolores Gandolfo, bolera de esta compañía...
              ... a continuación el baile de las malagueñas cantado por don Enrique Prado, en seguida por la beneficiada el jaleo andaluz cantado por el mismo Prado.
                               (El Porvenir. 9 de febrero de 1858)
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La Cruz de Mayo.- ...algo se resiste a suministrar recursos para las funciones caseras, en donde no es lícito recoger el fruto del donativo en el solar de estas reuniones “sui géneris”, en que la Cruz, iluminada y resplandeciente de bizarros atavíos, preside a la tertulia: y se la obsequia cantando seguidillas sevillanas, y bailando “la mosca” y el jaleo flamenco...   José Velázquez y Sánchez
                               (La Andalucía. 9 de mayo de 1858)
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Bailes del País.-...Para los bailes de jaleo habrá varios cantaores y bailaores de los de más fama, entre ellos el muy aplaudido joven José Castro conocido por Miracielo, la incomparable Dolores Moreno, Ramón Sartorio y otros varios.
                               (El Porvenir. 8 de julio de 1864)
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Gran Fiesta de Bailes del País y Cantos Flamencos.- En los estensos  y elegantes salones de Oriente, calle Trajano, su director don Manuel de la Barrera, lo habrá el sábado al que asisten ocho parejas de las mejores de esta capital (que bailarán vistosos bailes ensayados nuevamente) y entre ellas la primera bailarina conocida por La Campanera y otra primera, dos parejas de gitanas y el simpático José Llorente y una joven aficionada de Triana, que tanto gustó el sábado anterior cantando; y para bailar jaleo el incansable Antonio el Pintor.
                               (La Andalucía. 3 de mayo de 1867)

          Valga, haya valido esta larga retahíla de noticias que -por mor del jaleo- se publicaron en la prensa sevillana durante la segunda mitad del siglo XIX, (9) para demostrar y poner en evidencia rasgos de sus frecuentes apariciones públicas en aquel momento. Confirmar sus huellas y sus hechuras, su naturaleza de forma originaria: Matriz y no consecuencia o remate de la soleá, como tantas veces se ha dicho y se dice todavía.

NOTAS
(4)      En La Enciclopedia. Sevilla, 15 de noviembre de 1879.  
(5)      Pudo leerse -en 1789- en una larga y anónima composición poética en dísticos latinos, relatora de las mutuas quejas de Sevilla y su río Betis:
XXV. Llega la Primavera, y se juntan los jóvenes alegres y las placenteras muchachas, mientras el aura dulce mueve la pequeña barca.
XXVI. Suben con ellos Baco, y la alma Ceres, Phebo e Io cantan (¿el jaleo?) Suenan mil instrumentos...
Recogido en el libro “Historia crítica de las riadas o grandes avenidas del Guadalquivir”, de D. Francisco  de B. Palomo. Sevilla, 1878.
(6)      La primera edición de Un baile en Triana  se publica en 1831.
(7)      En muchos casos ni siquiera andaluces, familias de artistas catalanes eran, e incluso francesas compañías de danza:
Compañía Lecomnte.- ...la función terminará con el célebre Jaleo de Jerez que bailarán Madame Lecomnte y Mademoiselle Dejardins.
                    (Diario de La Habana. 14 de abril de 1841)
 (8)     Vean como eran -por los mil ochocientos cincuenta- las bailables  seguidillas gitanas:
Fiesta.- Anoche hubo festejo, baile y canto del país en una casa de vecinos de la calle Teodosio. Nosotros, a fuer de ser inquisidores de toda novedad, supimos que se celebraba una boda, y previo el competente permiso, formamos parte de la alegre reunión, donde brillaban mozas como mosquetas, mozos crúos, bailadores y cantadores de mistorró. La función estuvo tan divertida como pacífica, y al retirarnos a la una y minutos hacia nuestros hogares vibraba en nuestros oídos la siguiente seguidilla gitana:
                             El tiempo se come al tiempo;
                             Lo malo y lo bueno alternan;
                             Serrana, a vivir por hoy
                             Y lo que viniere venga.
                                        Como se menea
                                        La anguila en la arena,
                                       Así se menea
                                       Tu cuerpo, morena.
                       (La Andalucía. 30 de julio de 1858)
(9)      Evidentemente hay muchísimas más sobre lo mismo.