El recital
flamenco de anoche era ya de por si prometedor y sus componentes conocidos por
los que frecuentamos este entrañable lugar. El programa estaba compuesto por
Manuel Romero al cante, David Silva a la guitarra y Marta Balparda con Toni el Fenicio
al baile.
Todos ellos
se superaron así mismos, lo que pone de
relieve el importante papel que estos pequeños locales cumplen, ofreciéndose como foro en el que el flamenco
joven puede desarrollarse, darse a conocer y enriquecerse.
Abrió la
noche la guitarra de David Silva, por unos briosos jaleos rematados por bulerías, que mejoraban
en gran medida sus anteriores apuntes por este toque.
Realmente
estupendos, con sabor y jondura, fueron los tientos que cantó Manuel Romero
con el acompañamiento de David.
Toni el
Fenicio inauguró el turno de baile con unas bien planteadas alegrías, airosas y con
buenas maneras, que dejaron una buena impresión.
Sin lugar a
dudas, el plato fuerte fueron las sobrecogedoras seguiriyas de Marta. Anoche
hizo trizas su propio record y nos dejó boquiabiertos. Todo un brillante
despliegue de técnica, variedad de recursos y, sobre todo, expresividad y
fuerza.
Su baile estuvo repleto de
personalísimos remates, pellizcos y actitudes que calaban hasta la médula. En resumen, un baile que transmitió y
emocionó a muchos.
Parece que
la noche no acabó ahí, unas horas después, la Caja Negra albergó a un buen
puñado de músicos de la talla de Raimundo Amador y Santiago Auserón, que dieron
rienda suelta a su imaginación todo lo que les pedía el cuerpo hasta altas
horas de la madrugada.
Eulalia Pablo