Hoy que tan
poco se prodiga el baile de pareja en los escenarios flamencos cuesta trabajo
calificar lo que anoche hicieron Choni y David Pérez en la Sala Chicarreros. ¿Acto
de valentía? ¿Divina locura? Seguro que ambas cosas. Es cierto que en la
historia del baile flamenco existen modelos difícilmente superables para este
tipo de creaciones. A la memoria nos viene aquella seguiriya que hiciesen
Antonio y Rosario para Niebla y sol
de José María Forqué. Pero lo de Choni y David nada tiene que ver con ella. Los
dos sevillanos se lanzaron al vacío y reinventaron el baile de pareja. Fue un magistral
derroche de imaginación y virtuosismo.
Foto: Remedios Malvárez. Cajasol |
Envuelto todo con música electrónica y
un perfecto engranaje de estilos que se sucedían uno a otro sin rupturas ni
cortes perceptibles (farruca-rumba-cartagenera-levantica-seguiriya-martinete-granaína-caracoles-caña) hicieron toda una exhibición de coordinación,
armonía, arte y dominio técnico.
Los dos movieron faldas (David bata de cola,
Choni alámbrica). Los dos dieron una lección de palillos. Los dos lucieron
pies. Los dos jugaron con el mantón. Y David hizo auténticas diabluras con el
bastón. Bailaron juntos y alternando poses esculturales con inspirados movimientos
llenos de delicadeza y expresividad.
Foto: Jaime Martínez. Cajasol |
Después de
este alumbramiento artístico queda bien claro que, aunque parezca casi
imposible, todavía se puede seguir inventando en el baile sin salirse de los
cánones clásicos. Lo demostraron Choni y David Pérez.
Atrás
vinieron muy bien arropados con Raúl Cantizano, director musical del
espectáculo y una espléndida guitarra, y Javier Rivera, una buena voz.
Enhorabuena
a los cuatro.
José Luis Navarro